Hola!!
Aprovecho el día tan lluvioso y poco productivo para compartir con vosotros la experiencia de donar sangre!
Como ya os dije ayer siempre me ha dado muchísimo miedo que me sacaran sangre, así que imaginaos lo que significaba para mi donar (aguja mucho más grande y 3-4 bolsas en vez de un tubito). Supongo que esto le pasa a mucha gente, pero hay responsabilidades y fuerzas mayores que pesan mucho más en la balanza que el miedo. Mi grupo sanguíneo es 0+, por lo que mi sangre puede ser trasfundida a todos los grupos +, tanto A, como B, AB y 0; razón de más para dejar el miedo a un lado!
Una de las cosas que más me empujaron a decidirme a hacerlo, aparte de todo lo que os he explicado antes, es que ahora mismo estoy más sana que la mar, y entonces me dije: ¿qué momento va a ser mejor que ahora?. Ninguno. Y esta filosofía la pienso llevar a cualquier cosa que quiera hacer...ahora es el mejor momento para todo!!!!!
Todos los años hacen la campaña de donación de sangre en las facultades, y allí que fui yo a apuntarme en la lista que había en la secretaría de la mia! Eso ya fue un primer paso, que me aseguré de dar para tener una excusa más para no echarme para atrás.
Tengo que reconocer que esa semana estaba bastante estresada porque ese sábado era la boda de mi hermano; y encima me tenía que venir la regla (como no mi cabeza no paraba de intentar poner trabas para donar).
Pero mi amiga Ana, que también iba a donar y no era la primera vez que lo hacía, me apoyó y me animó en todo momento!! Desde aquí se lo agradezco mucho mucho porque se que sola no me hubiera atrevido...
Allí que fuimos las dos, nos apuntamos y respondimos a las preguntas de una médica que había allí para comprobar que podíamos donar. Os dejo abajo los requisitos para poder donar (*).
Mi amiga no pudo donar, pero yo (como ya os he dicho más sana que una pera) si. Bebí bastante agua y me conciencié mientras esperaba mi turno. Allí había varias compañeras de clase que me iban contando sus experiencias (cosa que me daba tranquilidad y fuerza).
Finalmente me tocó! Fui hacia la camilla muerta de miedo, pero al llegar me encontré a una enfermera con una sonrisa de oreja a oreja que me preguntó si era mi primera vez. Al decirle que si me tranquilizó y me dijo que todo iría bien y que luego me iba a alegrar de pasar el "mal trago".
Lo primero que te hacen es un pinchazo en el dedo para corroborar que las cifras de hemoglobina de tu sangre son suficientes, ya que sino puede ser muy perjudicial donar sangre. Mis cifras estaban requetebien, asique la enfermera (con un acierto y rapidez pasmosos) me puso la aguja.
Inmediatamente después me dijo algo que me hizo sentir maravillosamente bien: "ya estás donando".
Ya está, lo había conseguido. Ahí estaba yo, tumbada en la camilla, con una Ana a mi lado animándome y la otra dentro de mi acariciándome, como siempre.
En ese momento lo único un poco desagradable era una vibración que sentía de la máquina que bombea la sangre para llenar las bolsas. Abriendo y cerrando la mano no se notaba, asi que lo estuve haciendo todo el rato. La verdad es que se me pasó super rápido, y en todo momento estuvo al lado la enfermera.
Así de feliz estuve todo el rato!!
Cuando terminaron de llenarse todas las bolsas me quitaron todos los cacharros jajaja, y me quedé un rato tumbada. Ana me trajo un aquarius para reponer iones y agua! Me sentía un poco mareada, pero me repuse normalmente, me bajé de la camilla y fui a la zona donde había bebidas y dulces para tomar tras la donación.
Fue entonces cuando me entró un bajón horroroso, me sentía sin fuerzas y comencé a ver un poco mal, asi que fui con mi amiga hacia una camilla a tumbarme. Os cuento algo gracioso: yo no lo recuerdo, pero Ana me dijo que llegué tan mareada que me comí la camilla prácticamente jajajaja
Una vez ya en la camilla vino un celador que era como el coordinador de todo, bastante mayor, de unos 60-70 años. Era bastante simpático, y se puso a contarme que llevaba muchos años con las donaciones de sangre, y que su hija estudiaba enfermería en mi misma facultad...en definitiva para espabilarme y tranquilizarme. La enfermera y él me dijeron que respirara hondo, aguantara el aire y luego lo soltara en el mayor tiempo posible. Me habian subido los pies y bajado la cabeza. Tenía un montón de calor y estaba sudando, asique me apartaron el pelo y seguí respirando tal y como me había dicho. Al poco tiempo empecé a encontrarme muchísimo mejor, pero aun asi pasé un rato en la camilla.
Cuando supe seguro seguro que estaba bien me empezó a entrar hambre, y me fui a la zona aquella que os dije antes a comerme un dulce. Y luego, a casa! Me recomendaron no coger peso con el brazo y beber mucha agua.
Los dias siguientes procuré beber bastante agua y comer alimentos con hierro, pero me encontré bien en todo momento.
Espero que como yo, muchos de vosotros y vosotras os animéis a decir: AHORA! Y venzáis el miedo. Los miedos son humanos, normales, los tiene todo el mundo; pero hay ocasiones en las que hay que aprender a pisotearlos, pasar por encima de ellos, o simplemente dejarlos a un lado. Esta es una de ellas. Una donación de sangre dura 15 minutos; 15 minutos que pueden salvar una vida.
La sangre es uno de los recursos que más se necesitan en los hospitales, y no es algo que se pueda crear artificialmente, ni existe nada que lo sustituya. Tu sangre puede ser vital para otra persona, así como tus órganos, tu médula...
Hazte donante, dona sangre, dona vida, dona órganos...DONA VIDA!
Un beso muy fuerte!!
Hasta la próxima!
Hasta la próxima!
(*)Requisitos para donar sangre: Ser mayor de edad, no ir en ayunas, gozar de buena salud y pesar más de 50 Kg.
Entre donación y donación se debe respetar un plazo mínimo de 2 meses. Los hombres pueden donar 4 veces al año y las mujeres 3.